jueves (Thursday)

VIVIR EN LA REALIDAD DEL REINO DE DIOS – Semana 8

Predicar el evangelio del reino
y hacer discípulos a las naciones

Versículos relacionados
Mateo 12:28
28 Pero si Yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, entonces ha llegado a vosotros el reino de Dios.

Hebreos 9:14
14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para que sirvamos al Dios vivo?

Juan 5:30
30 
No puedo Yo hacer nada por Mí mismo; según oigo, así juzgo; y Mi juicio es justo, porque no busco Mi propia voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envió.

Marcos 16:17
17 
Y estas señales acompañarán a los que creen: En Mi nombre echarán fuera demonios; hablarán en nuevas lenguas;

Gálatas 5:25
25 
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Ezequiel 36:27
27 
Pondré dentro de vosotros Mi Espíritu y haré que andéis en Mis estatutos, y guardaréis Mis ordenanzas y las pondréis por obra.

Romanos 8:4-5
para que el justo requisito de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al espíritu.
Porque los que son según la carne ponen la mente en las cosas de la carne; pero los que son según el espíritu, en las cosas del Espíritu.

Filipenses 1:19
19 
Porque sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación,

Lectura relacionada
En la Trinidad Divina hay muchas excelencias divinas, virtudes divinas y atributos divinos, tales como unidad, humildad, belleza y armonía.

En Mateo 12:28 el Señor dijo: “Si Yo [el Hijo] por el Espíritu de Dios [el Dios Triuno incluyendo al Padre] echo fuera los demonios, entonces ha llegado a vosotros el reino de Dios [el Dios Triuno]” … ¿No hubiera podido el Señor Jesús echar fuera demonios por Sí mismo? … En aquel momento, Él se encontraba entre los fariseos, quienes eran orgullosos, egoístas e individualistas. Ellos no habrían trabajado con otros. Entre ellos no había humildad, y estaban plenamente ocupados con sus propios intereses, llenos de egoísmo. Ahora estaba allí una Persona, que era condenado por ellos y estaba de pie ante ellos, diciéndoles que Él hacía algo de una manera distinta … Él no era individualista … Él estaba haciendo algo por el Espíritu de Dios y para el reino de Dios. Él jamás hizo nada por Sí mismo ni para Sí mismo. ¿No es esto hermoso? Esto nos muestra la excelencia que hay en la Trinidad Divina. (Vivir en y con la Trinidad Divina, 2.a ed., págs. 47-48)

Ciertamente éste es un buen modelo para nuestra coordinación. El Señor ha producido un Cuerpo constituido de muchos miembros, así que todos estos miembros deberían aprender de Él. Él obraba por el Espíritu de Dios en pro de Dios el Padre. Él nunca hizo nada por Sí mismo ni para Sí mismo … Deberíamos conducirnos exactamente igual que nuestra Cabeza. Él se conducía de manera que no hacía nada por Sí mismo ni hacía nada para Sí mismo. Hoy en la vida de iglesia, el Cuerpo de Cristo no ha sido edificado adecuadamente por falta de una coordinación apropiada. Si queremos estar coordinados con todos los miembros del Cuerpo, tenemos que aprender de Cristo nuestra Cabeza, tomándolo a Él como nuestro modelo … Tal vez yo haga algo conforme a la voluntad de Dios, pero lo que haga no debería ser hecho por mí mismo, sino por algunos otros. Además, lo que hago no debería hacerlo para mí, sino en favor de los intereses, el derecho, de Dios en la tierra. Esto es una belleza, y dicha belleza es una verdadera excelencia, un verdadero atributo divino y una virtud excelente que necesitamos reproducir.

El Señor no dijo que Él echaba fuera los demonios por Sí mismo en pro de Su propio reino; en lugar de ello, Él dijo que echaba fuera los demonios por Otro y para Otro. Su espíritu era tan humilde, tan libre de egoísmo. Él no hizo nada por  Sí mismo ni para Sí mismo. En Él no había yo, no había elemento alguno de egoísmo. Esto es una belleza.

En Mateo 12 el Señor echó fuera demonios por el Espíritu de Dios. Hebreos 9:14 nos dice que Él se ofreció a Sí mismo mediante el Espíritu eterno. Nuevamente, debemos preguntarnos por qué el Señor no se ofreció a Dios por Sí mismo … Él era apto para hacer esto, y podía haberlo hecho de haber querido, pero no lo hizo. Él se ofreció a Sí mismo mediante un canal, mediante un medio, a saber, mediante el Espíritu eterno.

Vemos … la humildad y la ausencia de egoísmo en el Hijo … [y] la armonía en la Trinidad Divina. El Hijo … no confió en Sí mismo, sino en Otro. Todo lo que Él hizo no fue para Sí mismo sino para el Padre, y todo lo que emanó de Él fue al Padre. Él no hizo nada en absoluto por Sí mismo, ni para Sí mismo ni para consigo mismo.

Éste es un buen modelo que nuestra Cabeza dejó establecido para Su Cuerpo, del cual todos somos miembros … Cuando hacemos algo, deberíamos aprender a no hacerlo por nosotros mismos. Si bien somos los ejecutores, no deberíamos ser el canal. Necesitamos que alguna otra persona sea el canal por medio del cual hacemos las cosas. Además, no deberíamos ser los beneficiarios de lo que hacemos. Otro debería ser nuestro beneficiario para que reciba el beneficio mismo de lo que hacemos y somos. (Vivir en y con la Trinidad Divina, 2.a ed., págs. 48-51)

Lectura adicional: Vivir en y con la Trinidad Divina, 2.a ed., cap. 5

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