jueves (Thursday)

Los capítulos del 5 al 8 de Romanos:
el núcleo de la Biblia – Semana 2

El resultado de nuestra justificación:
el pleno disfrute que tenemos de Dios
en Cristo como nuestra vida

Versículos relacionados
Romanos 5:3-4, 11
3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia;
4 y la perseverancia, carácter aprobado; y el carácter aprobado, esperanza;
11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

2 Corintios 12:7-9
7 Y para que la excelente grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás, para que me golpee, a fin de que no me enaltezca sobremanera;
8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que este aguijón me sea quitado.
9 Y me ha dicho: Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo extienda tabernáculo sobre mí.

Romanos 8:28-29
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el Primogénito entre muchos hermanos.

Lectura relacionada
En la esfera de la gracia nos gloriamos en Dios (Ro. 5:11). La palabra griega que se traduce “gloriarse” tiene por lo menos tres significados: “jactancia”, “exultación”, que significa regocijarse, y “gloria” … Al estar firmes en la esfera de la gracia y al andar en el camino de paz, constantemente nos jactamos, exultamos y nos gloriamos en nuestro Dios. Esto quiere decir que disfrutamos a Dios.

Nuestro ser natural necesita ser santificado, transformado y conformado. Por tanto, Dios nos hace pasar por ciertas tribulaciones y sufrimientos para nuestro bien. Esto se revela claramente en Romanos 8:28 y 29, donde se nos dice que Dios hace que todas las cosas cooperen para bien, a fin de que seamos conformados a la imagen de Su Hijo. Así que, las tribulaciones y los sufrimientos tienen como fin nuestra transformación. Todos apreciamos la paz, la gracia y la gloria, pero a nadie le gusta la tribulación. (Estudio-vida de Romanos, pág. 107)

La tribulación es en realidad la encarnación de la gracia con todas las riquezas de Cristo. Esto es semejante a la encarnación de Dios en Jesús. Aparentemente, Él sencillamente era el hombre Jesús, pero en realidad era Dios mismo. Aparentemente, nuestro entorno es una tribulación, pero en realidad es la gracia … Los seis ítems [mencionados en Romanos 5] —el amor, la gracia, la paz, la esperanza, la vida y la gloria— juntamente con las tres personas de la Deidad reemplazan la tribulación. No obstante, la tribulación es la visitación de la gracia.

Si decimos que apreciamos la gracia pero no la tribulación, es como si dijéramos que amamos a Dios pero no a Jesús. No obstante, rechazar a Jesús es rechazar a Dios. De igual manera, rechazar la tribulación es rechazar la gracia. ¿Por qué se encarnó Dios? Porque Él quería venir a nosotros. La encarnación de Dios fue la visitación de Dios con Su gracia. Sin lugar a duda, todos amamos tal visitación de Dios. Si amamos Su visitación, debemos amar Su encarnación. Sucede lo mismo con la gracia y la tribulación. La tribulación es la encarnación de la gracia que nos visita. Aunque amamos la gracia de Dios, debemos también besar la tribulación, la cual es la encarnación de la gracia, la dulce visitación de la gracia.

A muchos no les agrada la cruz, porque es un sufrimiento, una tribulación. Por el contrario, Madame Guyon besaba cada cruz, esperando que vinieran más, porque ella comprendió que la cruz le traía a Dios mismo … Ella siempre acogía la cruz, porque cuando tenía la cruz, tenía a Dios. La tribulación es una cruz, y la gracia es Dios como nuestra porción para nuestro disfrute. Esta gracia principalmente nos visita en forma de tribulaciones.

Experimentar tribulación produce perseverancia (v. 3). Esta perseverancia es más que la paciencia; es el producto de la paciencia más el sufrimiento. Ninguno de nosotros nació con perseverancia, sino que ésta se produce por medio del sufrimiento de tribulaciones.

Podemos experimentar esta perseverancia en las cosas pequeñas de la vida … [Una] cosa pequeña que aborrezco es cuando las personas llegan tarde para una cita. Aunque tales retrasos son un sufrimiento para mí, me ayudan a obtener perseverancia. (Estudio-vida de Romanos, págs. 108-109)

Después de ser redimidos, somos puestos en un largo proceso de vida. A veces no es muy cómodo estar en este proceso, pero Dios sabe qué es lo que necesitamos para que Él pueda completar Su proceso en nosotros. Él sabe con qué iglesia local necesitamos reunirnos y qué hermanos deberían tomar la delantera en esa iglesia. Él también sabe qué esposa o marido es mejor para nosotros y cuántos hijos deberíamos tener. Además, Él sabe qué clase de empleo y qué clase de empleador necesitamos. Él conoce todo lo que necesitamos para llevar a cabo el proceso de esta vida. Vemos un indicio de este proceso de vida en Romanos 8:28, que dice: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados”. “Todas las cosas” mencionadas en este versículo incluyen a todas las personas, todos los asuntos y todas las cosas. (CWWL, 1971, t. 3, “Being Saved in Christ’s Life and Walking according to the Spirit for the Building Up of the Body of Christ”, págs. 28-29)

Lectura adicional: Estudio-vida de Romanos, mensaje 9

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