jueves (Thursday)

Experimentar, disfrutar
y expresar a Cristo (2) – Semana 3

El poder de Dios y la sabiduría de Dios

Versículos relacionados
1 Corintios 1:2
2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, los santos llamados, con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:

Filipenses 4:13
13 Todo lo puedo en Aquel que me fortalece con poder.

Romanos 10:14
14 ¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien proclame?

Hechos 9:14, 21
14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan Tu nombre.
21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos atados ante los principales sacerdotes?

Hechos 13:48
48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.

Hechos 22:16
16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando Su nombre.

Lectura relacionada
Cristo como sabiduría de Dios fluye incesantemente de Dios a nosotros para ser nuestra sabiduría presente y práctica en nuestra experiencia. Al enfrentar ciertos problemas y comprender que no sabemos cómo manejarlos, deberíamos aplicar a Cristo como nuestra sabiduría. Si permanecemos con el Señor para recibir Su impartición, Él será transmitido a nosotros como sabiduría para manejar toda clase de problemas y asuntos. Esto es aplicar a Cristo como sabiduría en nuestra vida diaria. (La conclusión del Nuevo Testamento, pág. 3244)

Si tenemos sabiduría, sabremos la manera apropiada de hacer las cosas, pero si no somos sabios, nuestra manera de hacer las cosas será necia … Cristo como sabiduría para los creyentes es, en realidad, el camino divino. Por tanto, la sabiduría en 1 Corintios 1:30 es equivalente al camino en Juan 14:6, un versículo en el cual el Señor Jesús dice: “Yo soy el camino”. El camino de Dios es Su sabiduría. Si disfrutamos a Cristo y participamos en Él, lo tendremos como nuestra sabiduría, como nuestro camino. La sabiduría procede del disfrute que tenemos de Cristo. Día tras día y hora tras hora debemos vivir en el espíritu y ejercitar el espíritu para invocar el nombre del Señor Jesús. Si hacemos esto, disfrutaremos a Cristo y lo tendremos a Él como nuestra sabiduría, esto es, como nuestra manera de hacer las cosas.

Por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención” [1 Co. 1:30] … La expresión nos ha sido hecho de parte de Dios indica algo presente, práctico, experiencial y continuo a modo de una transmisión. Que Cristo nos sea hecho de parte de Dios sabiduría indica que hay la transmisión de Cristo como sabiduría de parte de Dios a nosotros para nuestra experiencia diaria. Pablo compuso el versículo 30 de una manera particular a fin de hacer notar a los creyentes que Cristo debería continuamente ser hecho sabiduría a nosotros de parte de Dios.

Dios jamás nos ha dado sabiduría como algo aparte de Sí mismo; más bien, Dios mismo en Cristo es sabiduría para nosotros, transmitiendo constantemente a Cristo, Su sabiduría, a nosotros como elemento divino que nos constituye personas sabias.

Cristo nos fue hecho de parte de Dios sabiduría como tres aspectos vitales en la salvación que Dios efectúa: (1) justicia (en cuanto a nuestro pasado), por la cual fuimos justificados por Dios a fin de que renaciéramos en nuestro espíritu para recibir la vida divina (Ro. 5:18); (2) santificación (en cuanto a nuestro presente), por la cual somos santificados en nuestra alma, es decir, transformados en nuestra mente, parte emotiva y voluntad, con Su vida divina (6:19, 22) y (3) redención (en cuanto a nuestro futuro), es decir, la redención de nuestro cuerpo (8:23), por la cual seremos transfigurados en nuestro cuerpo con Su vida divina para tener Su semejanza gloriosa (Fil. 3:21). Es de Dios que participemos en una salvación tan completa y perfecta, la cual hace que todo nuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— sea orgánicamente uno con Cristo y que Cristo sea todo para nosotros.

Por un lado, la justicia, la santificación y la redención abordan tres etapas de la salvación que Dios efectúa: la regeneración en el espíritu (en cuanto a nuestro pasado), la santificación en el alma (en cuanto a nuestro presente) y la redención en el cuerpo (en cuanto a nuestro futuro). Por otro, la justicia, la santificación y la redención se refieren a tres aspectos de la naturaleza de la salvación de Dios que debemos experimentar diariamente en nuestro vivir cristiano y en nuestra obra cristiana … Todos los días tenemos necesidad de ser justos, de ser santificados y de ser redimidos en todos los asuntos relacionados con nuestro vivir. Cristo, la sabiduría de Dios transmitida a nuestro ser, está realizando todo en nuestro interior para hacernos justos en nuestras acciones y para santificarnos en nuestra naturaleza. Por tanto, todo cuanto hagamos tiene que ser justo y santo. No solamente eso, sino que Cristo como sabiduría de Dios nos redime de todas las cosas que no son Dios mismo (1 P. 1:18). Todos los días nuestro vivir y nuestra obra tienen que ser justos, santos y redimidos. (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 3244-3246)

Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Corintios, mensaje 9

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