jueves (Thursday)

Experimentar, disfrutar
y expresar a Cristo (2) – Semana 11

Los hijos de Dios andan en amor y luz

Versículos relacionados
1 Juan 3:1
1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios, y lo somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.

1 Juan 4:10
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

Efesios 4:25-32 (25-27, 30-32)
25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestra indignación,
27 ni deis lugar al diablo.
28 El que hurta, no hurte más, sino fatíguese trabajando con sus propias manos en algo decente, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación según la necesidad, a fin de dar gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, en el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Sed benignos unos con otros, tiernos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Lectura relacionada
En Efesios 5:2 Pablo nos dice que andemos en amor, y en el versículo 8 nos dice que andemos como hijos de luz … Si andamos en amor, nos guardaremos de la inmundicia. Andar en amor es andar en intimidad con Dios. Un ejemplo de lo que es andar en amor es la íntima relación que existe entre una madre y su hija … [Tales hijas] aman lo que sus madres aman. Por causa de su amor para con su madre, ellas no están dispuestas a hacer algo que contradiga el sentir de sus madres; antes bien, andan en un íntimo amor para con sus madres. En el mismo principio, nosotros tenemos una relación íntima con el Padre. Nosotros, los que hemos recibido gracia, podemos venir en el Hijo a contactar al Padre. En la presencia del Padre no sólo disfrutamos la gracia, la expresión del amor, sino también el amor mismo. Experimentamos este amor de una manera muy íntima. Puesto que disfrutamos el amor de Dios de una manera tan íntima, no deseamos hacer nada que no agrade a nuestro Padre. El Padre aborrece la fornicación, la inmundicia y la concupiscencia. Si nosotros andamos en amor, nos mantendremos alejados de tales cosas. Puesto que amamos al Padre, no haremos nada que contriste Su corazón. ¡Qué andar tan tierno y delicado! Esto no es simplemente vivir por la gracia; es andar en amor. Siempre deberíamos recordar que somos hijos de Dios que disfrutan Su amor. Somos santos apartados para Él y saturados de Él. Por ello, en nuestro andar diario siempre debemos ocuparnos del sentir del Padre, porque vivimos íntimamente en Su tierno amor. (Estudio-vida de Efesios, pág. 431)

La relación entre una madre y su hijo muestra un ejemplo de la diferencia entre el amor y la gracia. A veces un niño desea que su madre le dé algo, pero en otras ocasiones sólo desea simplemente disfrutar que su madre lo abrace tiernamente. Recibir de parte de la madre algo que exprese su amor es gracia, mientras que descansar en el abrazo amoroso de la madre es una muestra de amor. Según el mismo principio, nosotros hemos recibido gracia, que es la expresión del amor del Padre; pero cuando acudimos al Padre en comunión, entramos en Su amor, que es la fuente de la gracia. (Estudio-vida de Efesios, págs. 431-432)

El amor divino … es la naturaleza de la esencia de Dios. Por tanto, es un atributo esencial de Dios … En 1 Juan 4:9 se nos dice: “En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios, en que Dios envió a Su Hijo unigénito al mundo, para que tengamos vida y vivamos por Él”. Al igual que en 1 Timoteo 1:15, el “mundo” [en 1 Juan 4:9] se refiere a la humanidad caída, a la cual Dios amó de tal manera que los vivificó mediante Su Hijo con Su propia vida para que lleguen a ser Sus hijos. En esto se manifestó el amor de Dios.

[En 1 Juan 4:10 vemos que] la frase en esto hace referencia al siguiente hecho: no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó y envió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados. En este hecho está el amor de Dios, un amor más elevado y más noble. El amor divino como atributo esencial de Dios es expresado principalmente en que Él envió a Su Hijo para redimirnos e impartir en nosotros la vida de Dios a fin de que podamos llegar a ser Sus hijos.

Efesios 2:4 dice: “Dios, que es rico en misericordia, por Su gran amor con que nos amó”. El objeto del amor debería estar en una condición que inspire amor, pero el objeto de misericordia siempre se encuentra en una situación lastimosa. Así que, la misericordia de Dios va más allá que Su amor. Dios nos ama porque somos el objeto de Su elección. Pero debido a que caímos, llegamos a ser despreciables, incluso a estar muertos en nuestros delitos y pecados; por tanto, necesitamos la misericordia de Dios. Debido a Su gran amor, Dios es rico en misericordia para salvarnos de nuestra posición miserable y traernos a una condición que sea propicia para Su amor. El amor más noble de Dios, como Su atributo esencial, requiere el atributo de Su misericordia a fin de alcanzarnos en el profundo foso de nuestra vida caída. (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 79-80)

Lectura adicional: La conclusión del Nuevo Testamento, mensaje 8

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