LA VIDA CRISTIANA – Semana 6
El Dios Triuno en Cristo es vida para nosotros al
resplandecer en nuestros corazones
Versículos relacionados
2 Corintios 4:6
6 Porque el mismo Dios que dijo: De las tinieblas resplandecerá la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Filpenses 2:15
15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
Mateo 17:2
2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció Su rostro como el sol, y Sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
Mateo 5:16
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Isaías 60:1-2
1 ¡Levántate! ¡ Resplandece! Porque ha venido tu luz; / y la gloria de Jehová ha amanecido sobre ti.
2 Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra, / y densa oscuridad los pueblos; / mas sobre ti amanecerá Jehová, / y sobre ti será vista Su gloria.
1 Pedro 2:9
9 Mas vosotros sois un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable;
Efesios 5:8
8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
Lectura relacionada
El resplandor de Dios produce los ministros del nuevo pacto y el ministerio de ellos … [Hay] un contraste entre la gloria del ministerio apostólico del evangelio [2 Co. 4:6] y la gloria del ministerio mosaico de la ley [3:7; Éx. 34:29-30]. El hecho de que se trata del corazón indica que tiene que ver con la vida interior, mientras que la piel del rostro no tiene nada que ver con la vida interior. La gloria del antiguo pacto está en la superficie, mientras que la gloria del nuevo pacto tiene gran profundidad.
La expresión nuestros corazones en 2 Corintios 4:6 denota los corazones de los apóstoles, quienes representan a todos los creyentes del nuevo pacto.
La iluminación aquí, que se refiere al resplandor de la luz de Dios en otros a partir de aquellos cuyos corazones han sido iluminados por Dios, … es lo mismo que el resplandor en Mateo 5:16 y Filipenses 2:15. Dios resplandece en nuestros corazones para que nosotros resplandezcamos en los demás, a fin de que tengan el conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo, es decir, el conocimiento de Cristo, quien expresa a Dios y lo da a conocer (Jn. 1:18). (Estudio-vida de 2 Corintios, págs. 80-81)
La faz de Jesucristo [2 Co. 4:6] está en contraste con el rostro de Moisés (3:7) … La gloria del evangelio resplandece en la faz de Aquel por quien vinieron la gracia y la realidad, lo cual tiene por resultado la justicia y la luz (vs. 8-9). La gloria de la ley resplandeció en el rostro de aquel por quien fue dada la ley (Jn. 1:17), lo cual produjo condenación y muerte (2 Co. 3:7, 9). Dios resplandece en nuestros corazones para iluminarnos no para que conozcamos la gloria que se halla en el rostro de Moisés, sino la gloria que está en la faz de Cristo; este resplandor tiene como fin iluminarnos no para que conozcamos la ley de Moisés del antiguo pacto, sino el evangelio de Cristo del nuevo pacto. La gloria de Dios manifestada en la faz de Jesucristo es el Dios de gloria expresado por medio de Jesucristo, y es Jesucristo, quien es el resplandor de la gloria de Dios (He. 1:3). (Estudio-vida de 2 Corintios, pág. 81)
La iluminación del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios, ha resplandecido en nosotros. El evangelio de la gloria de Cristo en 2 Corintios 4:4 corresponde al conocimiento de la gloria de Dios en el versículo 6. Debemos percatarnos de que según el versículo 6, la iluminación del conocimiento de la gloria de Dios está en la faz de Jesucristo. Esto indica que el evangelio predicado por el apóstol no era una doctrina, una teología ni una enseñanza; más bien, era una persona preciosa en cuya faz podemos ver la gloria de Dios, la imagen de Dios. Cuando experimentamos la gloria de Dios resplandeciendo en la faz de Jesucristo, este resplandor introduce en nosotros a Cristo, la imagen de Dios. Nos sentimos atraídos a tal Cristo.
El evangelio de la gloria de Cristo primero resplandece en nosotros, y después resplandece irradiando desde nuestro interior. Cuanto más la gloria resplandece en nuestro interior, más ella penetra en nuestro ser y lo satura. Con el tiempo, la gloria interna consumirá, sorberá, todo nuestro ser interno. Después, la luz del evangelio de la gloria de Cristo resplandecerá por medio nuestro. Tal resplandor no puede producirse mediante enseñanzas, sino únicamente por medio de experimentar a Cristo, quien es la gloria de Dios y la manifestación de Dios. Alabamos al Señor que Cristo haya resplandecido en las profundidades de nuestro ser, que ahora Él resplandece en nuestro interior y que Él resplandecerá en todo nuestro ser interior. Por tanto, debemos prestar atención al resplandor interno de Cristo como gloria dentro de nosotros. La meta de la economía de Dios es que todos irradiemos Su gloria. Al estar nosotros bajo tal resplandor, Cristo nos satura consigo mismo y nosotros disfrutamos la dulzura del Cristo que vive en nosotros para ser nuestra vida y nuestra persona. (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 3341, 3337)
Lectura adicional: Estudio-vida de 2 Corintios, mensaje 9