La preparación de la novia – Semana 5
La justicia de la novia
Versículos relacionados
2 Corintios 5:21
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros viniésemos a ser justicia de Dios en Él.
Efesios 4:24
24 y os vistáis del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la realidad.
Colosenses 3:10
10 y vestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
Mateo 5:20;6:33
20 Porque os digo que si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
33 Mas buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 26:28
28 porque esto es Mi sangre del pacto, que por muchos es derramada para perdón de pecados.
Efesios 1:13
13 En Él también vosotros, habiendo oído la palabra de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y en Él habiendo creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Hechos 10:43
43 De Él dan testimonio todos los profetas, de que por Su nombre, todos los que en Él creen recibirán perdón de pecados.
Lectura relacionada
Puesto que en las reuniones de la iglesia recibo la suministración del Espíritu vivificante, muy rara vez falto a una reunión … Mi único deseo es estar en la reunión y recibir el suministro. Específicamente, disfruto la reunión de oración de la iglesia en Anaheim. Durante esa reunión, soy infundido y saturado del Espíritu. Después de unos momentos, todo me parece que es de oro y que el árbol de la vida crece dentro de mí y que el río de vida fluye en mi interior.
Llegamos a ser justos como resultado de experimentar al Espíritu viviendo y operando en nosotros. Espontáneamente, nuestro ser interior llega a ser transparente, resplandeciente como cristal, y nosotros llegamos a conocer el corazón de Dios. Inmediatamente, sin esfuerzos, conocemos la mente del Señor y poseemos un entendimiento con respecto a Su voluntad y obra. Entonces, lo que hacemos concuerda con la mente y la voluntad del Señor. Esto es la justicia. (Estudio-vida de 2 Corintios, págs. 245-246)
Muchos cristianos tienen el concepto de que cuando hacemos algo malo, no estamos bien con Dios. Este concepto de lo que es la justicia es demasiado superficial, pues aun cuando no hagamos nada malo, es posible que no estemos bien con Dios, porque nuestro ser quizás no esté en la mente y la voluntad del Señor. Aparentemente, no hemos hecho nada malo; sin embargo, es posible que todo nuestro ser esté lejos de estar bien con Dios. Tal vez nuestro ser no concuerde con la mente del Señor, y lo que hacemos quizás no sea Su voluntad. Mientras no hagamos la voluntad de Dios, no estaremos bien.
Supongamos que un joven que está en la escuela no hace nada malo, pero tampoco estudia como debe. Además, cuando está en clase, su mente está distraída … Exteriormente, él quizás no esté mal, pero interiormente, todo su ser está mal. En el mismo principio, exteriormente muchos santos no actúan mal en nada, pero de hecho, su ser no está en la voluntad del Señor.
Si el Espíritu vivificante se infunde en usted y lo satura, su ser interior se volverá transparente. Entonces usted sabrá lo que hay en la mente del Señor. También entenderá cuál es la voluntad del Señor; espontáneamente, andará en Su voluntad y la llevará a cabo. Como resultado, usted llegará a estar bien con Él. Además, sabrá cómo debe actuar para con otros y aun cómo debe administrar sus posesiones materiales. Entonces llegará a ser una persona justa, una persona que está bien en cosas pequeñas así como en cosas grandes, una persona que está bien con Dios, con los demás y consigo misma. Ésta es una persona que expresa a Dios, pues su justicia es la imagen de Dios, Dios expresado.
Si andamos conforme al Espíritu, también cumpliremos los mandamientos que prohíben matar, fornicar, robar, dar falso testimonio y codiciar … En Romanos 7 Pablo nos dice que él intentó vencer la codicia, pero que no lo logró. Por el contrario, este mandamiento lo mató. Luego, él se condenó a sí mismo y exclamó: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?” (v. 24). Luego, en Romanos 8, él pudo declarar: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu de vida me ha librado en Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte” (vs. 1-2). Pablo también se dio cuenta de que los requisitos justos de la ley se cumplieron en él automáticamente cuando anduvo conforme al Espíritu de vida. Ésta también puede ser nuestra experiencia hoy en día. No necesitamos proponernos cumplir los Diez Mandamientos. Una vez más digo que si andamos conforme al Espíritu de vida, cada mandamiento se cumplirá en nosotros espontáneamente y sin que nos demos cuenta de ello. Cada mandamiento se cumplirá a cabalidad en nosotros. (Estudio-vida de 2 Corintios, págs. 246-247, 261)
Lectura adicional: Verdades cruciales en las Santas Escrituras, t. 4, cap. 35