jueves (Thursday)

LA VIDA CRISTIANA – Semana 4

Permanecer en Cristo como vid verdadera

Versículos relacionados
1 Juan 3:24
24 Y el que guarda Sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

1 Juan 4:13
13 En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros, en que nos ha dado de Su Espíritu.

Juan 14:23
23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Efesios 3:17
17 para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones por medio de la fe, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

Efesios 2:21-22
21 en quien todo el edificio, bien acoplado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor,
22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el espíritu.

Efesios 5:18
18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien, sed llenos en el espíritu,

Malaquías 2:16m
Prestad atención, pues, a vuestro espíritu.

Lectura relacionada
El espíritu regenerado de los creyentes y el Espíritu consumado de Dios se mezclan como un solo espíritu (1 Co. 6:17) … Hoy el Espíritu de Dios y el espíritu humano están mezclados como un solo espíritu dentro de nosotros para que podamos vivir la vida de un Dios-hombre, una vida que es Dios y a la vez hombre, y hombre y a la vez Dios. Por tanto, la vida de un Dios-hombre es un vivir de dos espíritus, a saber, el Espíritu de Dios y el espíritu del hombre que están unidos y mezclados como un solo espíritu. (El resultado de la unión del Espíritu consumado del Dios Triuno y el espíritu regenerado de los creyentes, pág. 30) La esencia del Nuevo Testamento es los dos espíritus: el Espíritu divino y el espíritu humano, mezclados juntamente para ser un solo espíritu. Si vemos esto, seremos personas diferentes, quienes se regocijan continuamente. (La experiencia y el crecimiento en vida, pág. 146)

Permanecer en el Señor es un asunto en vida, de vida, por medio de la vida y con vida; por tanto, es un asunto orgánico. Por medio de nuestro estudio del Evangelio de Juan, descubrimos que el asunto de permanecer está relacionado con los dos espíritus.

Juan 3:6 dice: “…Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. En este versículo, la primera mención de la palabra espíritu … se refiere al Espíritu divino, y la segunda mención … se refiere al espíritu humano. Por tanto, Juan 3:6 revela que el nacimiento divino está relacionado con dos espíritus: el Espíritu divino y el espíritu humano. En el nacimiento divino nuestro espíritu humano nace del Espíritu de Dios. Por consiguiente, el Espíritu Santo de Dios efectúa la regeneración en el espíritu humano con la vida de Dios, la vida que es eterna e increada.

Juan 4:24 dice: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren”. Según este versículo, necesitamos adorar a Dios, quien es Espíritu, en nuestro espíritu humano. Así como el nacimiento divino está relacionado con dos espíritus, también la adoración genuina está relacionada con dos espíritus. El nacimiento divino es efectuado por el Espíritu divino en nuestro espíritu humano, y la adoración genuina de Dios, quien es Espíritu, es ofrecida en nuestro espíritu humano.

Permanecer en Cristo, la vid, al ser uno con el Señor en nuestro espíritu mezclado no es solamente un hecho divino, sino también un factor espiritual que afecta toda nuestra vida espiritual. Es en la experiencia de permanecer y al permanecer que tenemos la santidad, espiritualidad y victoria genuinas sobre el pecado, el mundo, Satanás, nuestra carne y el yo; es en la experiencia de permanecer y al permanecer que llegamos a ser miembros prácticos del Cuerpo de Cristo; y es en la experiencia de permanecer y al permanecer que vivimos la vida cristiana y la vida de iglesia normales. Cuando permanecemos en la vid, no tenemos problemas, porque somos uno con el Hijo de Dios, quien venció a todos los enemigos y puso fin a todas las cosas negativas. Cuando permanecemos en el Señor, nada nos falta y no necesitamos hacer nada más que disfrutar lo que Él ha realizado, porque todo lo que Él ha realizado llega a ser nuestra experiencia cuando somos uno con Él.

Permanecer en el Señor al orar sin cesar significa que tenemos una confianza constante e incesante en el Viviente, quien es un solo espíritu con nosotros. Necesitamos ver esto. Hace más de cincuenta años pasé mucho tiempo buscando la santidad, una vida victoriosa y la espiritualidad. Compré todo tipo de libros y pasé tiempo leyéndolos y practicando lo que describían. Sin embargo, nada de lo que practiqué fue eficaz. Con el paso de los años el Señor en Su misericordia nos permitió descubrir el secreto de “cómo hacerlo”. Este secreto es permanecer en el espíritu mezclado.

Si la iglesia está en una condición pobre y baja, el hecho de que nosotros permanezcamos ayudará a que la iglesia sea elevada y enriquecida. El verdadero remedio para la pobre condición de la iglesia viene del hecho de que permanezcamos en el Señor. Hoy en día, la razón por la cual hay mucha muerte espiritual entre los santos es que no permanecemos en el Señor al quedarnos en nuestro espíritu mezclado para adorar a Dios, recibir Su palabra para el momento y morar con Él. (CWWL, 1979, t. 2, págs. 165-168, 172-173)

Lectura adicional: Estudio-vida de Romanos, mensaje 56

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