miércoles (Wednesday)

Experimentar, disfrutar
y expresar a Cristo (2) – Semana 10

El Creador de un solo y nuevo hombre,
la obra maestra de Dios

Versículos relacionados
Efesios 2:10
10 Porque somos Su obra maestra, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Efesios 3:10
10 a fin de que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y autoridades en los lugares celestiales,

1 Corintios 1:30
30 Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención;

2 Corintios 5:17
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva creación es; las cosas viejas pasaron; he aquí son hechas nuevas.

Romanos 5:18
18 Así que, tal como por un solo delito resultó la condenación para todos los hombres, así también por un solo acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres.

Romanos 6:19, 22
19 Hablo en términos humanos, por la debilidad de vuestra carne; que así como presentasteis vuestros miembros como esclavos a la inmundicia y a la iniquidad para iniquidad, así ahora presentad vuestros miembros como esclavos a la justicia para santificación.
22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos esclavos de Dios, tenéis vuestro fruto para santificación, y como fin, la vida eterna.

Romanos 8:10, 23
10 Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia.
23 y no sólo esto, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, aguardando con anhelo la plena filiación, la redención de nuestro cuerpo.

Filipenses 3:21
21 el cual transfigurará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea conformado al cuerpo de la gloria Suya, según la operación de Su poder, con la cual sujeta también a Sí mismo todas las cosas.

Lectura relacionada
En la creación del nuevo hombre, primero nuestro hombre natural fue crucificado por Cristo, y después, mediante la crucifixión del viejo hombre, Cristo impartió el elemento divino en nosotros, haciendo que lleguemos a ser una nueva entidad, un nuevo invento de Dios (Ro. 6:6; 2 Co. 5:17). Los judíos y los gentiles estaban extremadamente separados por las ordenanzas divisorias; pero los dos fueron creados en Cristo con la esencia divina para ser una sola y nueva entidad, la cual es el hombre corporativo, la iglesia.

La iglesia no sólo es la iglesia de Dios, el Cuerpo de Cristo (la plenitud, la expresión, de Aquel que todo lo llena en todo, Ef. 1:23), la familia de Dios, la casa, el templo y la morada de Dios (2:19, 21-22), sino que también es un solo y nuevo hombre, el cual es corporativo y universal, creado de dos pueblos, los judíos y los gentiles, y compuesto de todos los creyentes, quienes, aunque son muchos, son un solo y nuevo hombre en el universo.

Dios creó al hombre como una entidad colectiva (Gn. 1:26), pero el hombre corporativo creado por Dios fue dañado por la caída del hombre. Por tanto, era necesario que Dios produjera un nuevo hombre. Esto se realizó por medio de la obra de Cristo al abolir en Su carne las ordenanzas y crear en Sí mismo el nuevo hombre. (La conclusión del Nuevo Testamento, pág. 3516)

La palabra griega [traducida “obra maestra”], póiema, [Ef. 2:10] significa … “algo que ha sido escrito o compuesto como poema” … Nosotros, la iglesia, la obra maestra de todo lo que ha hecho Dios, somos un poema que expresa la sabiduría infinita de Dios y Su diseño divino.

Los cielos, la tierra y el hombre creados por Dios, no son Su obra maestra; en realidad, la obra maestra de Dios es la iglesia, el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (1:23), el nuevo hombre que es corporativo y universal (2:15). Hemos sido salvos por gracia para ser la obra maestra de Dios a fin de que andemos en las buenas obras que Dios preparó de antemano. (Ef. 2:10, nota 1)

Nosotros, la iglesia, la obra maestra entre las obras de Dios, somos una entidad completamente nueva en el universo, un nuevo invento de Dios. Dios nos creó en Cristo por medio de la regeneración para que fuésemos Su nueva creación (2 Co. 5:17). (Ef. 2:10, nota 2)

Cristo nos fue hecho de parte de Dios sabiduría en tres aspectos vitales de la salvación de Dios: (1) justicia (en cuanto a nuestro pasado), por la cual fuimos justificados por Dios a fin de que renaciéramos en nuestro espíritu para recibir la vida divina (Ro. 5:18); (2) santificación (en cuanto a nuestro presente), por la cual somos santificados en nuestra alma, es decir, transformados en nuestra mente, parte emotiva y voluntad, con Su vida divina (6:19, 22) y (3) redención (en cuanto a nuestro futuro), es decir, la redención de nuestro cuerpo (8:23), por la cual nuestro cuerpo será transfigurado con Su vida divina para tener Su semejanza gloriosa (Fil. 3:21). Es de Dios que participemos de una salvación tan completa y perfecta, la cual hace que todo nuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— sea orgánicamente uno con Cristo y que Cristo sea todo para nosotros. Esto proviene totalmente de Dios, no de nosotros mismos, para que nos jactemos y nos gloriemos en Él, y no en nosotros mismos. (1 Co. 1:30, nota 2)

Como lo revela Efesios 3:8, la iglesia se produce de las inescrutables riquezas de Cristo. Cuando los escogidos de Dios participan de las riquezas de Cristo y las disfrutan, son constituidos de esas riquezas para ser la iglesia, mediante la cual se da a conocer la multiforme sabiduría de Dios a los principados y autoridades angélicos en los lugares celestiales. Por lo tanto, la iglesia es la sabia exhibición que Dios hace de todo lo que Cristo es. (Ef. 3:10, nota 2)

Lectura adicional: La conclusión del Nuevo Testamento, mensaje 336

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