miércoles (Wednesday)

Los capítulos del 5 al 8 de Romanos:
el núcleo de la Biblia – Semana 2

El resultado de nuestra justificación:
el pleno disfrute que tenemos de Dios
en Cristo como nuestra vida

Versículos relacionados
Romanos 5:5, 1-2
5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones mediante el Espíritu Santo que nos fue dado.
1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2 por medio del cual también hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos por la esperanza de la gloria de Dios.

Juan 14:6
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la realidad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.

Judas 20-21
20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,
21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

1 Juan 4:8, 16
8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

2 Timoteo 1:6-7
6 Por esta causa te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.
7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de cordura.

2 Timoteo 4:22
22 El Señor esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.

Lectura relacionada
¡Oh, el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones! Aunque estemos afligidos, deprimidos y nos hallemos en pobreza, no podemos negar que el amor de Dios está presente en nosotros. ¿Podemos acaso negar que Cristo murió por nosotros? Él murió por pecadores impíos tales como nosotros. Antes éramos enemigos de Dios, pero Cristo derramó Su sangre en la cruz para reconciliarnos con Dios. ¡Qué gran amor es éste! Si Dios nos dio a Su propio Hijo, ciertamente no haría nada para lastimarnos. Dios es soberano. Él sabe lo que es mejor para nosotros. La decisión es de Él y no es nuestra. Independientemente de nuestra preferencia, lo que Dios ha planeado para nosotros será nuestra porción. Nuestro Padre ya ha preparado todo lo que a nosotros se refiere. Simplemente debemos orar: “Señor, haz lo que quieras. Yo simplemente quiero lo que Tú quieras. Lo dejo todo completamente en Tus manos”. Ésta es nuestra respuesta a Dios cuando nos damos cuenta de manera fresca que Él nos ama y que Su amor ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo. (Estudio-vida de Romanos, pág. 105)

Romanos 5:2 dice: “Hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes”. La gracia es la esfera en la cual estamos firmes. Donde la gracia esté es ahí donde debemos permanecer. No me pregunte dónde usted debe estar firme. Debe estar firme en la gracia. Siempre que usted se sienta fuera de la esfera de la gracia, regrese a ella de inmediato. Si está a punto de argumentar con su esposa y percibe que usted está fuera de la esfera de la gracia, deténgase, regrese a la esfera de la gracia y esté firme allí.

No es necesario que hagamos algo pecaminoso para ser cortados de la gracia. Basta con quedarnos en un lugar por un rato y sentiremos que nos hemos mudado de la esfera de la gracia a otra esfera. ¿Qué debemos hacer en tal caso? Debemos orar: “Señor, perdóname. Tráeme de regreso a la esfera de la gracia”. Regresamos a la esfera de gracia de la misma manera en que entramos en ella originalmente. Entramos en la esfera de la gracia mediante la justificación por la fe. Simplemente confesamos nuestros pecados a Dios, recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador y aplicamos Su sangre y fuimos justificados. La justificación que Dios efectúa nos introdujo en la gracia en la cual estamos firmes. Siempre que actuamos equivocadamente y sentimos que estamos fuera de la gracia, debemos repetir la misma oración: “Oh Dios, perdóname. Límpiame con Tu preciosa sangre”. Si usted hace esto, será traído de nuevo a la gracia instantáneamente.

Ya que fuimos justificados por la fe y estamos firmes en la esfera de la gracia, tenemos paz para con Dios por medio del Señor Jesucristo (v. 1). Pablo no dice que tenemos paz con Dios, sino que tenemos paz para con Dios. Esto significa que todavía estamos en el camino hacia Dios. No hemos terminado aún nuestra jornada. En el mundo espiritual, primero entramos por la puerta y luego andamos por el camino. La justificación por la fe nos abre la puerta, nos da acceso, entrada, al amplio campo del disfrute. Una vez que entramos por la puerta de la justificación, debemos andar por el camino de paz. Los pecadores no tienen paz. Romanos 3:17 dice que cuando éramos pecadores no conocíamos el camino de paz. Sin embargo, hoy andamos en el camino de paz.

Si uno va en cierta dirección y no siente paz en su interior, debería detenerse. Siempre hágale caso a la paz. Según Lucas 7:50, el Señor Jesús dijo a la mujer pecadora, después de ser salva, que fuera en paz … A cualquier lugar que vayan, ustedes deben tomar el camino de paz. Si no tienen paz, no vayan. Todo lo que hagan, háganlo en paz. Si no tienen paz, no hagan nada. La gracia es dada para que estemos firmes y la paz es dada para nuestro andar. Si no tienen la gracia para permanecer en cierto lugar, no permanezcan allí. Si no tienen la paz para tomar cierta dirección, no prosigan. Permanezcan firmes en la gracia y anden en paz. (Estudio-vida de Romanos, págs. 105-107)

Lectura adicional: Estudio-vida de Romanos, mensaje 9

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