martes (Tuesday)

Experimentar, disfrutar
y expresar a Cristo (2) – Semana 10

El Creador de un solo y nuevo hombre,
la obra maestra de Dios

Versículos relacionados
Efesios 2:15-16
15 aboliendo en Su carne la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.

Hebreos 2:14
14 Así que, por cuanto los hijos son participantes de sangre y carne, de igual manera Él participó también de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tiene el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

Romanos 6:6
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él para que el cuerpo de pecado sea anulado, a fin de que no sirvamos más al pecado como esclavos.

Romanos 8:3
3 Porque lo que la ley no pudo hacer, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y en cuanto al pecado, condenó al pecado en la carne;

Juan 1:29
29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!

Gálatas 5:24
24 Pero los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias.

Juan 12:31
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

Lectura relacionada
Cristo abolió en Su carne la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, pero no creó en Su carne el nuevo hombre … Las cosas negativas fueron aniquiladas en la carne de Cristo, mientras que el nuevo hombre, que de hecho es algo positivo, fue germinado en Cristo mismo. Debemos prestar atención detallada a dos frases halladas en Efesios 2:15: en Su carne y en Sí mismo. Si yo le preguntara dónde se encuentra hoy, usted debería contestar: “Primero, estaba en la carne de Cristo; ahora estoy en Cristo mismo. En Su carne fui aniquilado en la cruz, pero en Cristo mismo fui creado como parte del nuevo hombre”. (Estudio-vida de Efesios, págs. 215-216)

La obra de Cristo no concluyó con la aniquilación de las cosas negativas … Aunque Cristo en la carne fue crucificado en la cruz, esta muerte lo introdujo en la resurrección. En resurrección Él ya no está en la carne; más bien, Él es el maravilloso Espíritu. Fue en Su carne que nosotros, el viejo hombre, fuimos aniquilados, pero es en el maravilloso Espíritu que fuimos creados en un solo y nuevo hombre. Cuando fueron crucificados nuestro viejo hombre y nuestra vieja naturaleza, se les dio muerte a las ordenanzas relacionadas con nuestra naturaleza caída. Luego, en la resurrección de Cristo y en Su maravilloso Espíritu, fuimos creados en un solo y nuevo hombre … Es un hecho maravilloso que sí fuimos aniquilados en la carne de Cristo sobre la cruz. Además, antes de nacer, fuimos creados en el maravilloso Espíritu para que fuésemos el nuevo hombre.

La expresión en Sí mismo es muy significativa. Indica que Cristo no sólo fue el Creador del nuevo hombre, la iglesia, sino también la esfera en la cual fue creado el nuevo hombre y la esencia con la cual fue creado. Él es el elemento mismo del nuevo hombre. Después de que fuimos aniquilados, en Él recibimos la nueva esencia. Cristo mismo llegó a ser el elemento nuevo. En nuestro viejo hombre no había nada que sirviera para la creación del nuevo hombre, pues la esencia que teníamos era pecaminosa. Pero en Él hay una esencia maravillosa, en la cual fue creado el nuevo hombre.

Cristo creó un solo y nuevo hombre, la iglesia, al forjar la naturaleza divina de Dios en la humanidad. El hecho de que forjara la naturaleza divina en la humanidad era algo nuevo. Por tanto, fue una obra creadora. En la vieja creación Dios no forjó Su naturaleza en ninguna de Sus criaturas, ni siquiera en el hombre. Sin embargo, en la creación del nuevo hombre la naturaleza de Dios fue forjada en el hombre a fin de hacer que Su naturaleza divina fuera una sola entidad con la humanidad.

Los demonios y los ángeles malignos saben que el nuevo hombre fue creado en la esencia divina. Este hecho los aterra. Por esta razón, los poderes demoníacos intentan impedir que los cristianos vean el hecho de la creación de un solo y nuevo hombre. Así que, es necesario librar una batalla por esta verdad. Necesitamos orar pidiendo una mente clara y sobria para percibir no solamente que fuimos aniquilados en la cruz, sino que por medio de dicha aniquilación fuimos traslados a Cristo. En Cristo, con Su esencia divina, fuimos creados en el nuevo hombre.

Nosotros y todas las criaturas, representadas por los querubines vistos en el velo, fuimos crucificados en la carne de Cristo en la cruz. Puesto que la muerte nos introduce en la resurrección, Cristo, en Su resurrección, nos puso en Sí mismo. Luego, con Su esencia divina, nos creó, en Sí mismo, en un solo y nuevo hombre.

No pase por alto la expresión en Sí mismo [mencionada en Efesios 2:15]. Fuera de Él, no podríamos haber sido creados en el nuevo hombre, pues nosotros no poseemos la esencia divina, la cual es el elemento del nuevo hombre. Solamente en la esencia divina y con ésta pudimos ser creados en el nuevo hombre. Es posible tener esta esencia únicamente en Cristo. De hecho, Cristo mismo es esta esencia, este elemento. Así que, Cristo creó en Sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre. (Estudio-vida de Efesios, págs. 216-218)

Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensaje 24

(c) Living Stream Ministry, 2021, used by permission