Experimentar, disfrutar
y expresar a Cristo (2) – Semana 5
Cristo como Aquel
que es la imagen de Dios y el tesoro
Versículos relacionados
2 Corintios 4:3-4
3 Y aun si nuestro evangelio está encubierto, entre los que perecen está encubierto;
4 en los cuales el dios de este siglo cegó los pensamientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la iluminación del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Juan 1:18
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.
Colosenses 1:15-16
15 Él es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda creación.
16 Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean señoríos, sean principados, sean autoridades; todo fue creado por medio de Él y para Él.
Romanos 12:2
2 No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto.
Juan 12:31
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Juan 14:30
30 No hablaré ya mucho con vosotros: porque viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en Mí.
Juan 16:11
11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
Efesios 2:2
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la autoridad del aire, del espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Lectura relacionada
En 2 Corintios 4:4-7 se nos muestra que podemos experimentar y disfrutar a Cristo como imagen de Dios y como tesoro. La imagen de Dios se refiere a Cristo como nuestra expresión externa, mientras que el tesoro se refiere a Cristo como nuestro contenido interno. Por fuera, debemos manifestar a Cristo como imagen de Dios; y por dentro, debemos tener a Cristo como tesoro. Debemos entrar en el disfrute rico y pleno de este Cristo. (La conclusión del Nuevo Testamento, pág. 3335)
Es extremadamente difícil entender y definir qué es la imagen de Dios. El Nuevo Testamento nos dice dos veces que Cristo es la imagen de Dios [2 Co. 4:4; Col. 1:15] … El Dios invisible tiene una imagen visible, y esta imagen es Cristo. Juan 1:18 dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer”. Esto significa que Cristo, el Hijo unigénito de Dios, vino al hombre para expresar lo que Dios es … Aunque Dios es invisible, Él es expresado por una persona viviente, esto es, por Jesucristo, el Hijo de Dios. Esta persona viviente como expresión de Dios es la imagen de Dios.
En 2 Corintios 4:4 se nos indica que los términos Dios, imagen, Cristo, gloria, evangelio e iluminación se encuentran todos en mutua aposición; por tanto, todos ellos se refieren a la misma persona maravillosa. Dios es la imagen, la imagen es Cristo, Cristo es la gloria, la gloria es el evangelio y el evangelio es la iluminación. En primer lugar, la expresión la imagen de Dios muestra que la imagen se encuentra en aposición a Dios mismo. Dios, quien es la fuente, tiene una imagen, y esta imagen es simplemente Dios mismo. Si vemos la imagen de Dios, vemos a Dios; si Dios desaparece, Su imagen también desaparece … Por tanto, la imagen de Dios no es nada menos que Dios mismo.
En segundo lugar, como ya hicimos notar, la imagen de Dios es Cristo. Cristo, como imagen de Dios, es la expresión del Dios invisible. En tercer lugar, Cristo es la gloria. Esto es confirmado por Hebreos 1:3, que dice que Cristo es el resplandor de la gloria de Dios. En cuarto lugar, Cristo, la gloria, es el evangelio. Hechos nos dice que los creyentes predicaban a Cristo Jesús como evangelio (5:42; 8:35; 11:20; 17:18). Esto muestra que el evangelio no es algo separado de Cristo mismo, sino que Cristo es el evangelio. En la actualidad, algunos cristianos en su predicación separan el evangelio y a Cristo. Pero según la revelación divina de la Biblia, el evangelio es una persona viviente: Cristo. Cristo, quien es el evangelio, es la imagen de Dios, y la imagen de Dios es Dios. Por tanto, el evangelio es Dios mismo corporificado y expresado en Cristo.
En quinto lugar, el evangelio es la iluminación, el resplandor. El evangelio es el evangelio de la gloria de Cristo, que ilumina, irradia y resplandece en el corazón del hombre. Cuando el evangelio vino a nosotros, lo hizo al resplandecer en nosotros, y este resplandor introdujo a Cristo en nuestro ser, quien es la imagen del Dios Triuno procesado. Como resultado, Cristo, la persona viviente, fue introducido en nuestro ser por medio de la iluminación. Muchos creyentes pueden testificar que cuando oyeron a Cristo como evangelio, cierta impresión de Cristo quedó grabada en ellos. Aunque hayan intentado rechazar tal impresión de Cristo o borrarla de su ser, les resultaba imposible hacerlo. Una vez que tal impresión de Cristo es infundida en nosotros por medio de la iluminación, ella permanece con nosotros para siempre. Esta iluminación es el evangelio, este evangelio es la gloria, esta gloria es Cristo, Cristo es la imagen de Dios y, como tal, Cristo es Dios. Por tanto, lo que ha sido infundido en nuestro ser por medio de la iluminación es una persona viviente: el Dios Triuno corporificado en Cristo, quien es la imagen, la expresión, de Dios. (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 3335-3337)
Lectura adicional: La conclusión del Nuevo Testamento, mensaje 317