lunes (Monday)

VIVIR EN LA REALIDAD DEL REINO DE DIOS – Semana 5

Vivir bajo la soberanía de Dios
y según la misericordia de Dios

Versículos relacionados
Daniel 4:34-35
34
 Y al fin de aquellos días yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y honré a Aquel que vive para siempre; porque Su dominio es un dominio eterno, / y Su reino es de generación en generación.
35 Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, / pero Él hace según Su voluntad en el ejército del cielo / y entre los habitantes de la tierra; / no hay quien detenga Su mano, / ni le diga: ¿Qué haces?

Isaías 64:8
8
 Ahora, pues, Jehová, Tú eres nuestro Padre; / nosotros somos el barro, y Tú, nuestro Alfarero; / y obra de Tus manos somos todos nosotros.

Isaías 29:16
16 ¡Lo volteáis todo boca abajo! / ¿Acaso como barro ha de estimarse el alfarero, / para que lo que está hecho diga de su hacedor: Él no me hizo; / o lo que está formado diga del que lo formó: Él no tiene entendimiento?

Apocalipsis 4:11
11 Digno eres Tú, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y la honra y el poder; porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas.

Apocalipsis 5:13
13 Y a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, la honra, la gloria y el imperio, por los siglos de los siglos.

Efesios 1:4-5
4 según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él en amor,
5 predestinándonos para filiación por medio de Jesucristo para Sí mismo, según el beneplácito de Su voluntad,

Lectura relacionada
La soberanía es … uno de los atributos de Dios. Él es soberano. La soberanía indica la autoridad y el poder ilimitados de Dios. La posición de Dios es también ilimitada. No podríamos decir cuán elevada es la posición de Dios. Asimismo, tampoco podríamos medir la gloria ni la majestad de Dios. Puesto que Dios es el Soberano, no hay límites a Su autoridad, poder y posición. (La conclusión del Nuevo Testamento, pág. 119)

[En Romanos 9] Pablo acudió a la soberanía de Dios y preguntó: “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el objeto moldeado al que lo moldeó: Por qué me has hecho así?” (v. 20). En el versículo siguiente, Pablo continúa: “¿O no tiene autoridad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?”. Aquí Pablo afirma que como Creador, Dios tiene la autoridad soberana de hacer lo que quiera. ¿Quiénes somos nosotros para argumentar con Él? Necesitamos reconocer que somos barro y que Dios es el alfarero. Él tiene autoridad para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra. Él tiene derecho de hacer vasos de ira (v. 22) así como de misericordia (v. 23).

En Romanos 9:16 Pablo afirma: “Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”. El hecho de ser un vaso de misericordia y de honra para gloria, no depende de que queramos ni de que corramos, sino de la misericordia de Dios para con nosotros. Es por Su misericordia soberana que somos vasos de misericordia. Nosotros no decidimos llegar a ser vasos de misericordia. Dios tomó esta decisión antes de nuestro nacimiento. Podemos decir que somos vasos de misericordia sólo por la soberanía de Dios. En nosotros mismos y por nosotros mismos no tenemos el derecho de decir eso. El alfarero, como Aquel que tiene autoridad sobre el barro, ha escogido hacernos vasos de misericordia. No obstante, el hecho de que confesemos que somos vasos de misericordia es prueba de que Dios nos ha hecho así.

La misericordia de Dios es conforme a Su voluntad. En el versículo 18, Pablo concluye: “De quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece”. No podemos explicar por qué Dios ha querido mostrarnos misericordia. Lo único que podemos decir es que, conforme a la voluntad de Dios, la misericordia de Dios ha sido extendida a nosotros.

Además, la misericordia de Dios se encuentra en Su soberanía (vs. 20-23). Lo único que podemos decir a fin de explicar la misericordia de Dios para con nosotros es que en Su soberanía Él escogió ser misericordioso con nosotros. Fíjese en el caso de Esaú y Jacob. ¿Quién puede decir por qué quiso Dios escoger a Jacob y no a Esaú? Lo único que podemos decir es que en Su soberanía Dios escogió a uno y no al otro. La selección de Dios es totalmente conforme a Su soberanía.

Por ser aquellos que han recibido favor de Dios, no sólo debemos darle gracias por Su misericordia, sino también adorarlo por Su soberanía. Existen himnos acerca de la misericordia de Dios, pero resulta muy difícil encontrar un himno sobre la soberanía de Dios … Junto con Pablo, debemos ser llevados a la soberanía de Dios. En lugar de argumentar con Él, debemos decir: “Oh Padre Dios, te adoro por Tu soberanía. Aunque no soy digno, en Tu soberanía Tú has querido mostrarme Tu misericordia”. Nunca sea tan osado como para tocar la soberanía de Dios. Preste atención a la advertencia de Pablo en su pregunta: “¿Quién eres tú, para que alterques con Dios?” (v. 20). Si comprendemos que no somos más que barro, no argumentaremos con Dios. Más bien, simplemente lo adoraremos por Su soberanía. (Estudio-vida de Éxodo, págs. 231-233)

Lectura adicional: Estudio-vida de Éxodo, mensajes 21—22

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