viernes (Friday)

VIVIR EN LA REALIDAD DEL REINO DE DIOS – Semana 5

Vivir bajo la soberanía de Dios
y según la misericordia de Dios

Versículos relacionados
Romanos 9:18, 23
18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
23 para dar a conocer las riquezas de Su gloria sobre los vasos de misericordia, que Él preparó de antemano para gloria,

Romanos 8:29-30
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el Primogénito entre muchos hermanos.
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Romanos 9:11
11 aunque no habían aún nacido, ni habían hecho aún bien ni mal (para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),

Romanos 11:5, 30-32
5 Así, pues, también en este tiempo ha quedado un remanente conforme a la elección de la gracia.
30 Pues así como vosotros en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora se os ha concedido misericordia por la desobediencia de ellos,
31 así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, también a ellos les sea ahora concedida misericordia.
32 Porque Dios a todos encerró en desobediencia, para tener misericordia de todos.

Lectura relacionada
Con respecto a Su recobro, Dios tiene misericordia del que tenga misericordia. No estamos en el recobro del Señor porque seamos más inteligentes que otros ni porque busquemos al Señor más que otros. El hecho de que estemos aquí se debe por completo a la misericordia de Dios. Si reflexionamos sobre la forma en que el Señor nos condujo a la vida de iglesia que disfrutamos en Su recobro, lo adoraremos a Él por Su misericordia. Yo creo que los que estamos en el recobro del Señor formamos parte del remanente conforme a la selección de la gracia (Ro. 11:5). En cuanto al evangelio, el ministerio de vida y la vida de iglesia que disfrutamos en el recobro del Señor, Dios ha tenido misericordia de nosotros. ¡Cuánto debemos alabarlo por Su misericordia soberana! (Estudio-vida de Romanos, pág. 645)

No debemos confiar en nosotros mismos, ni debemos pensar que estamos aquí debido a lo que somos o lo que hemos hecho … ¡Qué gran misericordia es que seamos salvos y que estemos dispuestos a seguir el camino del Señor! Además, es una misericordia el hecho de que estemos dispuestos a separarnos del presente siglo maligno. El mundo es atractivo y atrayente. No obstante, puedo dar testimonio de que yo sencillamente no tengo apetito por las cosas del mundo. Me encuentro cubierto por cierta clase de aislamiento divino, el cual me guarda del sistema mundial. Éste es otro aspecto de la misericordia de Dios.

Si hemos de servir al Señor, debemos conocer al Espíritu, la vida en el Espíritu y la justicia de Dios. Además, debemos conocer la misericordia de Dios en la elección de la gracia … Fijo la mirada en el Señor para que nos impresione profundamente con el hecho de Su misericordia al seleccionarnos. No confíe en lo que usted es capaz de hacer ni en lo que planifica hacer; al contrario, póstrese ante el Señor y adórelo por Su misericordia. Cuanto más usted adore al Señor por Su misericordia, más estará por encima de todo. En lugar de afanarnos tratando de llevar la responsabilidad que nos corresponde, nos daremos cuenta de que el Señor, en Su misericordia, es quien nos sobrelleva. Todos tenemos que conocer al Señor de esta manera. ¡Qué misericordia que Él nos haya escogido, predestinado, llamado y puesto en Su recobro! En cuanto a nuestro futuro, no confiamos en nosotros mismos, sino en Él y en Su maravillosa misericordia. Todo lo que se relaciona con nosotros ha sido iniciado por el Señor. Todo depende de Él, y nada de nosotros mismos. Puedo dar testimonio de que cuanto más adoramos a Dios por Su misericordia, más nos internamos en Su corazón y más nos hacemos uno con Él.

No es necesario luchar para sobrellevar responsabilidad. En lugar de eso, adore a Dios por Su selección. Si hace esto, Él lo sobrellevará mientras usted lleva la responsabilidad. Cuanto más tratemos de ser responsables por nosotros mismos, más sufriremos interiormente. Tendremos un sabor interior de amargura. Pero si adoramos al Señor por Su misericordia y lo experimentamos como Aquel que nos sobrelleva mientras llevamos la responsabilidad, nuestro sabor interior será dulce como la miel. Una de las razones por las cuales siempre estoy feliz es que he aprendido a confiar en la misericordia del Señor y adorarlo por ella. Hace años solía pedirle al Señor que hiciera muchas cosas por mí; pero ahora solamente oro dándole gracias por Su misericordia. Él dice que tendrá misericordia del que tenga misericordia y se compadecerá del que se compadezca. Si disfrutamos de la misericordia del Señor y lo adoramos por Su selección, estaremos en los lugares celestiales.

El hecho de que sigamos adelante con el Señor no depende de nuestro querer o correr, sino de la misericordia de Dios. Nuestro querer es inútil y nuestro correr es en vano. Sin embargo, la misericordia de Dios opera de una manera maravillosa. Nosotros somos volubles, por lo cual fluctuamos constantemente. Parece que nuestra condición espiritual es tan variable como el clima; por lo tanto, necesitamos ver que la selección de la gracia no depende de nosotros, sino de que Dios nos haya seleccionado desde antes de la fundación del mundo. Lo que estamos experimentando hoy tiene que ver con la selección que Dios hizo en la eternidad pasada. Si vemos esto, volveremos nuestros ojos apartándolos de nosotros mismos y de las circunstancias, y lo miraremos fijamente a Él. (Estudio-vida de Romanos, págs. 645-647)

Lectura adicional: El evangelio de Dios, cap. 2

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