jueves (Thursday)

Experimentar, disfrutar
y expresar a Cristo (2) – Semana 6

La gracia de Dios y el Espíritu todo-inclusivo

Versículos relacionados
2 Corintios 1:21-22
21 Y el que nos adhiere firmemente con vosotros a Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado en arras el Espíritu en nuestros corazones.

Romanos 10:12-13
12 Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos y es rico para con todos los que le invocan;
13 porque: “Todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo”.

1 Corintios 15:45
45 Así también está escrito: “Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente”; el postrer Adán, Espíritu vivificante.

1 Juan 2:20, 27
20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y todos vosotros tenéis conocimiento.
27 Y en cuanto a vosotros, la unción que vosotros recibisteis de Él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero como Su unción os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como ella os ha enseñado, permaneced en Él.

Efesios 1:13
13 En Él también vosotros, habiendo oído la palabra de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y en Él habiendo creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

Lectura relacionada
La manera en que Pablo menciona al Espíritu en 2 Corintios es más experiencial [que en 1 Corintios] … Él dice que el Espíritu es el Espíritu que unge y el Espíritu que sella. Este Espíritu también está en nuestros corazones como las arras, como un anticipo (2 Co. 1:21-22).

Puesto que fuimos adheridos por Dios a Cristo, el Ungido, Dios espontáneamente nos unge con Él … Dios lo ungió con el óleo de júbilo más que a Sus compañeros (Sal. 45:7; He. 1:9). El ungüento con el cual Cristo y nosotros somos ungidos es Dios mismo … Cuanto más somos ungidos por Dios, más recibimos el elemento de la naturaleza divina de Dios … Dios nos imparte todos Sus ingredientes y elementos constitutivos divinos por Su unción. (Experimentar a Cristo como vida para la edificación de la iglesia, págs. 72-73)

En un sentido, todos los que hemos sido regenerados hemos sido adheridos a Cristo. Pero en nuestra experiencia, la medida en que hemos sido adheridos a Cristo depende de cuánta unción hemos recibido … Si vivimos y actuamos bajo la unción, esta unción nos enseña todas las cosas (1 Jn. 2:27). Cuando andamos conforme a esta unción, percibimos que en ese momento somos adheridos a Cristo.

Si usted no presta atención a la unción interior, cuando va a las tiendas departamentales y compra sólo según sus gustos y aversiones, en ese momento está lejos de Cristo … En lugar de ello, usted debería decir: “Oh Señor, líbrame del sistema satánico que está en esta tienda departamental. Si Tú dices que no, yo diré no; y si dices que sí, yo diré sí”. Cuando usted anda en este espíritu de oración, entonces se comporta y actúa conforme a la unción interior. En ese momento está adherido al Ungido.

Hoy Dios está realizando la obra de adherirnos a Cristo, el Ungido, al ungirnos continuamente consigo mismo … El Espíritu que unge día tras día nos unge con los ingredientes y elementos constitutivos de Dios, los elementos divinos de Dios mismo. Si día tras día simplemente andamos y nos conducimos conforme a esta unción, Dios se añadirá a nosotros, se impartirá a nosotros, cada vez más.

Necesitamos proseguir de ser ungidos a ser sellados. El Espíritu también es el Espíritu que sella. El sellar hace que los elementos divinos formen una impresión que expresa la imagen de Dios. Me siento muy animado cuando veo que Dios se está formando en muchos de ustedes (Gá. 4:19). Cuando alguien se ponga en contacto con usted, percibirá en usted la imagen de Dios y que algo de Dios ha sido formado en usted.

Puedo dar un ejemplo de esto con el siguiente relato. Una vez en Shanghái cierta hermana vino a visitarnos, y ninguno de nosotros la había visto antes. Cuando fuimos al puerto para buscarla, nos preguntábamos cómo la reconoceríamos. Mientras mirábamos a las personas que estaban en el barco, supimos quién era la hermana. Había en ella cierta imagen o impresión, la cual dio testimonio de que debía ser un hijo de Dios.

Dios no sólo nos ungió, sino que también nos selló. Él no sólo nos impartió Sus elementos, sino que también ha imprimido Su propia imagen en nosotros, la cual tiene la forma del Espíritu viviente. Ésta es la experiencia más profunda del Espíritu que mora en nosotros. Esto no es la manifestación externa del Espíritu, sino la impresión y el sellar internos del Espíritu.

En 2 Corintios 1:22 Pablo dice que Dios “nos ha dado en arras el Espíritu en nuestros corazones”. Las arras es el anticipo. El Espíritu es un anticipo, una garantía, una muestra, del sabor completo. Él es dulce para nuestro paladar espiritual. Dios nos da Su Espíritu como un anticipo de lo que heredaremos de Dios, y de ese modo nos permite gustar anticipadamente la herencia completa. (Experimentar a Cristo como vida para la edificación de la iglesia, págs. 73-75)

Lectura adicional: Experimentar a Cristo como vida para la edificación de la iglesia, cap. 8

(c) Living Stream Ministry, 2021, used by permission